18 de agosto de 2007
Encofrador de enigmas
Jesús Román Torrellas ha publicado tres libros de fenómenos paranormales y misterios de Antigüedad
Palencia.- Nacido en Santander, su relación con el Cerrato palentino se remonta a su infancia en Antigüedad, adonde se trasladó su familia cuando él apenas tenía dos años. Aquellas anécdotas y vivencias le dejaron un hondo calado en su etapa de madurez personal y en su particular modo de ver y entender espiritualmente la vida. Tras años alejado de esta tierra, Jesús Román Torrellas Antón sintió un día, no hace mucho, la necesidad interior de volver. Un pálpito le decía que algo especial le auguraba.
Regresó en busca de enigmas y secretos. Recopiló historias populares y leyendas antiguas con el testimonio de algunos vecinos y personas mayores que confiaron en su proyecto. Reunió todas las piezas de un puzzle gigantesco, que deparaba conclusiones sorprendentes de hechos insólitos e inexplicables y las fue desgajando poco a poco, a modo de relato histórico novelado, en sus libros 'Amanecer en Antigüedad', 'Atemporales' y 'El viaje', con los que completaba su trilogía 'Tierra de Misterios'.
Calificado de chiflado, loco y visionario por unos cuantos; atendido con escepticismo y recelo por algunos, y escuchado con entusiasmo por tan solo unos pocos, Torrellas Antón no cesó en su empeño de descubrir los entresijos e incógnitas que escondía esta localidad entendida como «origen de la humanidad, como tierra mágica que irradia fuerza misteriosa, como si se tratara de una puerta dimensional», según explica el autor.
Sus afirmaciones no son gratuitas, sino que están basadas en años de investigación y de estudio, espeta. Son trabajos concienzudos y laboriosos de búsqueda de datos, contraste y corroboraciones. Así asegura haber encontrado dibujos y mensajes cifrados en algunas cuevas de las alrededores. Así habla de fenómenos paranormales, de avistamientos de ovnis y naves, de luces extrañas, de apariciones en las ermitas de Nuestra Señora de Garón y de Villella, de sonidos que algunos vecinos oyeron un día o de los que tuvieron conocimiento por sus antepasados, «aunque algunos no reúnan el valor suficiente para decirlo en voz alta», matiza.
Afirma incluso que hay más motivos que explican y hacen fiables sus indagaciones. El primero, si ir más lejos, la propia toponimia del municipio, de los pagos y términos que recoge. El segundo: el potencial terapéutico excepcional del que goza la zona: con una energía y unas fuerzas especiales capaces de sanar de forma más rápida y eficaz a los enfermos. Y el tercero: la orografía y distribución del caserío, «pues tomando como eje central Antigüedad, se puede observar en el mapa, cómo las localidades más cercanas se encuentran a una distancia casi equidistante: 10 kilómetros. No es un dato insustancial ni superfluo», manifiesta Jesús, con un cierto halo de misterio engalanado con un tono de voz muy bajo y un ritmo sosegado de la conversación.
Milenio 3
Consciente de la dificultad que supone resumir el contenido de sus indagaciones y de sus tres publicaciones en los párrafos de una entrevista, insiste en lo imposible de ser conciso para explicar el porqué de Antigüedad como germen de la humanidad. Recomienda detenerse en la lectura de su trilogía, «que ha gozado de una gran acogida entre el público palentino», especifica Jesús, que reconoce que a este éxito también ha contribuido su participación en el programa radiofónico Milenio 3. «Desde entonces, el tema me ha sobrepasado, se me ha ido de las manos. Son muchas las personas que han venido a visitar Antigüedad, a conocer sus historias sorprendentes. Entre ellos figuran varios expertos en fenómenos paranormales del grupo de investigación Gmai de Madrid, que acuden todos los fines de semana con una tecnología muy experimentada y que están consiguiendo grandes avances que certifican mis teorías», concluye el autor.
Su meta, dice, no es otra que dar a conocer Antigüedad para que no pierda su encanto, para que la gente se implique en mantener y conservar un tesoro así y no se pierdan las energías tan especiales que irradia y de las que él se contagió cuando era un niño, jugando a ser mayor, a ser encofrador de enigmas. Próximo pueblo: Baltanás.
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