Thomas F. Mantell, capitán de la Guardia Nacional Aérea de Kentucky, murió en la tarde del 7 de enero de 1948 cuando perseguía un platillo volante cerca de la base aérea de Godman. La gente que vio el objeto desde tierra lo describió como «un helado de cucurucho con la parte superior de color rojo». A los mandos de su caza Mustang P-51, Mantell dijo que era enorme.
«El objeto está delante y por encima de mí, moviéndose a la mitad de mi velocidad. Parece metálico o el reflejo de la luz del Sol en un objeto metálico, y es de un tamaño tremendo... Voy a seguir subiendo. Voy a intentar acercarme para verlo mejor», explicó a la torre de control a 4.500 metros de altura. Tras llegar a los 9.000 metros, el caza se estabilizó y cayó en picado hasta estrellarse. El comité investigador concluyó que el piloto había perdido el conocimiento por falta de oxígeno. ¿Pero qué perseguía?
¡A la caza del ovni! Recreación del caso de Thomas Mantell.
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