6 de septiembre de 2007

Sondas "Voyager" y sus 30 años de viaje por el cosmos con un mensaje de paz


Orlando Lizama.- La sonda "Voyager 1" ha ingresado en el año 31 de su largo viaje por el cosmos convertida en el objeto artificial más distante construido por el hombre y uno de los tres vehículos exploradores espaciales cuyo trabajo ha superado las expectativas de la NASA.

Seguida 16 días después por la sonda "Voyager 2", la nave partió al espacio el 5 de septiembre de 1977 con un mensaje dirigido a un improbable lector extraterrestre.

Para los ingenieros de la agencia espacial estadounidense, su trabajo efectivo de información sobre el espacio transmitida a la Tierra debía durar un máximo de cuatro años.

Pero sus baterías todavía están vivas y 30 años después de su lanzamiento y a una distancia de más de 15.500 millones de kilómetros de la Tierra las naves siguen transmitiendo.

Ese punto, al que la sonda "Voyager 1" llegó el pasado 15 de agosto, es igual a 100 unidades astronómicas, es decir 100 veces la distancia entre el Sol y nuestro planeta.

"Esperábamos despedirnos de las naves cuando llegaran a Júpiter y su paso por Saturno ya fue un éxito inesperado", dijo a Efe Enrique Medina, ingeniero del navegación del "Voyager 1" en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.

"Están en una misión interestelar en los límites del sistema solar y seguimos recibiendo entre seis y ocho horas de información de cada uno", agregó en una entrevista telefónica desde Pasadena, California.

Esa información ha incluido datos sobre Júpiter, Urano, Saturno y Neptuno, así como de decenas de lunas de esos planetas y del viento solar, un torrente de partículas cargadas disparadas desde el Sol a casi 1,6 millones de kilómetros por hora, señaló.

En estos momentos "Voyager 1" se encuentra en el extremo exterior del sistema solar, en una zona donde desaparece la influencia del sol y aproximándose, a una velocidad de 1,6 millones de kilómetros por día, al espacio interestelar al que llegará dentro de los próximos 10 años.

La longevidad de las sondas Voyager es parecida a la de los vehículos exploradores de la NASA en Marte, "Spirit" y "Opportunity" que recorren la superficie de ese planeta desde hace más de dos años pese a que se les calculó una vida útil de sólo tres meses.

Su larga vida se debe a que, al contrario de otras naves que dependen de baterías solares, las sondas "Voyager" avanzan por el espacio empujadas por fuentes de energía nuclear, llamadas generadores radioisotópicos termoeléctricos.

Pero más que científico, la misión de las sondas, principalmente la de "Voyager 1", tuvo un objetivo romántico porque su principal carga son un par de discos de oro que incluyen sonidos e imágenes de la Tierra.

Esos discos también muestran a gente joven, vieja, hombres y mujeres, otras especies animales, e información sobre el punto que ocupa la Tierra en la galaxia.

"Ha sido el proyecto más romántico y hermoso intentado por la NASA. Contiene los sonidos de un beso y el de una madre que saluda a su recién nacido por primera vez,", según Ann Druyan, directora del proyecto y entonces esposa del fallecido escritor y astrónomo Carl Sagan, a quien se le encomendó la tarea de escribir un mensaje.

Y este es "el clásico mensaje puesto en una botella y lanzado al mar. La probabilidad de que alguien lo encuentre es mínima, pero los dividendos serían inmensos", señala Druyan.

Según Ed Stone, ex científico del proyecto y ex director de JPL, aunque es casi imposible de que algún extraterrestre llegue a leerlo, el disco que lo lleva es un mensaje dirigido, en realidad, a la propia humanidad.

"Es un mensaje unificador. Contiene saludos en muchos idiomas, música de muchas culturas e imágenes que representan nuestro planeta y hogar. Es un registro de lo que nosotros pensamos que somos", manifestó.

Para Druyan, el disco también representa la idea de que la ciencia y la tecnología pueden ir de la mano del arte.

Según el científico, la idea romántica del disco está ilustrada por el hecho de que fue preparado en plena Guerra Fría.

"Todo el mundo vivía con el temor de que en cualquier momento estallaran 50.000 armas nucleares. El mensaje era algo positivo", manifestó.

"Se miraba el futuro con angustia. Pero esto fue algo positivo, una forma de representar a la Tierra y mostrar nuestra mejor imagen", agregó.

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