Llegan brujas y vampiros

Excelsior
Por: Ana Paola Lara

La Delegación Venustiano Carranza abrirá una exposición de objetos y criaturas fantásticas para impulsar la cultura

Brujas, hechiceros, momias, ángeles, monstruos, fetiches, hadas, duendes, vampiros, demonios, pócimas mágicas e instrumentos de tortura, son sólo una parte de la Exposición Brujería, Insólitos Objetos y Fantásticas Criaturas, del italiano Lorenzo Cantini, que el Gobierno del DF trae a la ciudad como parte del fomento a la cultura en la ciudad.

La Delegación Venustiano Carranza invita a todos los capitalinos a hacer una conexión entre el mundo terrenal y el universo mágico a través de maléficos artefactos y naturales brebajes, para desmitificar la imagen negativa que por siglos ha perseguido a las brujas, chamanes y a las raras especies naturales.

Esta muestra ha recorrido 50 ciudades de Europa y se presenta por cuarta ocasión en nuestro país con el objetivo de revelar el lado antropológico de la brujería que va desde el origen de los hechiceros, pasando por las plantas curativas y animales mitológicos, hasta llegar a la alcoba de una mujer vampiro.

Uno de los apartados más concurridos es el que hace referencia al sexo y a los placeres, y es que se dice que las brujas eran muy desinhibidas y ejercían lo más prohibido del sexo. En él se recrea, a través de de pinturas y relatos, a los ángeles caídos del cielo y a las mujeres víctimas de hombres malvados, así como sesiones de brujería orgiástica.

“Extracto de marisco”, “licor de absenta”, “piel disecada de lombriz”, “piel seca de serpiente” y la mandrágora, son algunas sustancias que revela la exposición para atrapar el amor.

Animales como la anfisbena, el icneumón, la serpione y la arpía se encuentran encerrados en vitrinas, y aunque no se pueden tocar. Su apariencia es tan real que desconciertan a todo visitante.

En la sección de tortura se muestran objetos como el “instrumento para desollar”, “la pinza para arrancar pezones”, “el reviente de vientres”, la mesa para destripar y el aplasta cabezas, además de la hoguera donde eran quemadas las brujas en la Santa Inquisición.