Fuente: World Science
Traducido por Miguel Artime
La revista científica revisada por pares Astrophysics and Space Science ha confirmado que publicará un controvertido documento que defiende el origen extraterrestre de unas partículas misteriosas que cayeron sobre la India en el año 2001.
Un documento que aparecerá en una revista científica (Astrophysics and Space Science) afirma que hace cuatro años una extraña lluvia roja podría haber vertido a la Tierra microbios provenientes del espacio exterior.
Pero el informe se está encontrando con una lluvia de escepticismo por parte de los científicos que dicen que las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias; y esta ciertamente no las aporta.
Aunque los científicos están de acuerdo en dos puntos. Esas cosas parecen células, al menos superficialmente, y nadie parece estar seguro de lo que son.
“Estas partículas tienen muchas similitudes con las células biológicas, aunque están desprovistas de ADN”, escribieron Godfrey Louis y A. Santhosh Kumar, de la Universidad Mahatma Gandhi en Kottayam, India, en el controvertido documento.
“¿Son estás partículas, que parecen células, una especie de vida alterna del espacio?"
El misterio comenzó cuando una lluvia escarlata que contenía motas rojas cayó parcialmente sobre la India en 2001. Los investigadores dijeron que las partículas podrían ser polvo u hongos, pero la cosa no quedó clara.
El nuevo documento incluye un análisis químico de las partículas, una descripción de su apariencia bajo el microscopio y una inspección de las zonas donde cayeron. En él se valoran varias explicaciones para estas partículas y se concluye que las motas, que recuerdan vagamente a glóbulos rojos, podrían haber llegado a bordo de un meteorito.
Una revista de investigación revisada por pares, Astrophysics and Space Science, ha aceptado publicar el documento. Esta revista publica algunas veces trabajos acerca de hallazgos poco convencionales, pero muy raramente si el contenido se atreve a bordear los límites generalmente establecidos por la ciencia, como en lo relativo a las afirmaciones sobre visitantes extraterrestres.
Si las partículas representan formas de vida alienígena, dijeron Louis y Kumar, esto encajaría con una vieja teoría llamada panspermia, que sostiene que las formas de vida podrían viajar a través del universo en el interior de cometas y meteoritos.
Estos objetos rocosos podrían por ello “actuar como vehículos diseminadores de vida en el universo”, añadieron. Ambos autores publicaron online esta semana su documento en una base de datos empleada a menudo por los astrónomos para dar a conocer sus trabajos.
Louis y Kumar habían enviado previamente otro documento, que no llegó a publicarse, en el que decían que las partículas podían crecer y reproducirse si se las sometía a calores extremos. Pero estas afirmaciones no se incluyen en el documento publicado en la revista Astrophysics and Space Science. El trabajo se limita principalmente a argumentar el origen meteórico de las partículas, citando informes periodísticos que hablan de la ruptura en la atmósfera de un meteorito que tuvo lugar horas antes de la lluvia roja.
John Dyson, editor jefe de Astrophysics and Space Science, confirmó haber aceptado el documento, pero comentó que no lo había leído, ya que fue su codirector de edición, Willem Wamsteker, de la Agencia Espacial Europea, quien llevó el asunto. Desafortunadamente Wamsteker murió hace varias semanas a la edad de 63 años.
Generalmente se cree que publicar un documento en una revista revisada por pares le confiere un sello de seriedad científica, ya que los investigadores inspeccionan los hallazgos del proceso. Pero en este caso, el documento sobre la lluvia roja ha provocado descrédito.
“Realmente no creo que provengan de un meteorito”, escribió el biólogo de la Universidad de Harvard Jack Szostak acerca de las partículas en un email. Y este no es el primer informe acerca de lluvias rojas de origen biológico, añadió, aunque si parece que es el más detallado.
Szostak comentó que los test químicos que emplearon los investigadores no eran muy sensibles. Las así llamadas células son verdaderamente “raras”, y añadió que le preguntaría a sus amigos microbiólogos si sabían qué podían ser.
“No tengo una explicación obvia”, asintió por e-mail el prominente investigador sobre los orígenes de la vida David Deamer, de la Universidad de California en Santa Cruz. Se parecen “a las células de verdad, pero con una pared celular muy gruesa. Pero el salto a una forma de vida extraterrestre entregada a la Tierra es seguramente la hipótesis menos probable”.
Hacen falta muchas pruebas adicionales, añadió. Louis estuvo de acuerdo, “Aún quedan muchas cosas por estudiar”, escribió en su e-mail.
Los investigadores no combaten la propia teoría de la panspermia, que tiene un buen número de seguidores dentro del ambiente académico. “La Panspermia podría ser perfectamente posible”, escribió Lynn J. Rothschild del Centro de Investigación NASA Ames en Moffett Field, California, en un e-mail. “Sólo que no estoy muy segura de que esto sea un caso de panspermia”.
Otros juzgaron el estudio más favorablemente.
“Creo que necesitamos hacer exámenes más cuidadosos del material encontrado en la lluvia roja, pero hasta el momento y a primera vista este caso parece sugerir que podría ser correcto”, comentó Chandra Wickramasinghe, director del Centro de Astrobiología de Cardiff en la Universidad de Cardiff, Reino Unido, y uno de los principales defensores de la panspermia.
La historia de las motas comenzó el 25 de julio del 2001, cuando los residentes de Kerala, un estado ubicado al sudoeste de la India, comenzaron a ver caer una lluvia escarlata en algunas áreas.
“En casi todo el estado, salvo en dos distritos del norte, se han reportado observaciones de estas inusuales lluvias a lo largo de la semana pasada”, informaba la BBC online el 30 de julio. “Los expertos dijeron que la explicación más razonable para el fenómeno era la presencia de polvo en la atmósfera, lo cual daba al agua su color”.
La explicación no dejo satisfecho a todo el mundo.
La lluvia “va eludiendo las explicaciones a medida que pasa el tiempo”, informaba una semana más tarde el periódico Indian Express en su edición cibernética. El artículo comentaba que el Centro para el Estudio de las Ciencias de la Tierra, con sede en Thiruvananthapuram, la India, había descartado una hipótesis inicial acerca del impacto de un meteorito que había provocado la lluvia a favor de otra que defendía que las partículas eran esporas de hongos.
Pero “las especies exactas aún no habían sido identificadas [y] ¿cómo es posible que una cantidad tan grande de esporas pueda aparecer sobre una pequeña región y sigan siendo desconocidas?”, se preguntaba el director del centro M. Baba. El profesor Baba no ha respondido a un e-mail enviado por World Science esta semana.
La lluvia roja continuó apareciendo esporádicamente durante cerca de dos meses, aunque la mayor parte cayó durante los primeros 10 días, comentaron Louis y Kumar. La “impactante coloración roja” resultó provenir de unas partículas microscópicas mezcladas en rojo, añadieron, que “no tienen similitudes con el polvo normal del desierto”.
Al menos 50.000 Kgs (50 toneladas) de esas partículas cayeron en total, según su estimación. “Un análisis posterior de este extraño fenómeno muestra que los procesos atmosféricos de transporte convencionales, como las tormentas de polvo, etc. no pueden explicarlo”.
”Las partículas rojas se encontraban uniformemente dispersas en el agua de lluvia”, escribieron. “Cuando se recogió agua de lluvia y se la mantuvo varias horas en un vaso, las partículas suspendidas tendían a decantarse hacia el fondo”.
”La lluvia roja se dio en varios lugares durante una lluvia normal y continua”, prosigue el documento. “Desde unos pocos lugares se reportó que las personas que iban por la calle se encontraron sus ropas teñidas por gotas de agua roja. En otros lugares concretos, la concentración de partículas era tan grande que el agua de lluvia casi parecía sangre”.
La precipitación, añadieron los investigadores, tenía una aparición altamente localizada. Normalmente se daba sobre un área que iba de menos de un kilómetro cuadrado a unos pocos kilómetros. Muchas veces surgía de forma brusca, lo cual significa que mientras que llovía fuertemente rojo en un lugar, unos pocos metros más lejos no había lluvia roja”. La media de duración de cada una de esas lluvias rojas iba desde unos pocos minutos hasta los 20 minutos, añadieron.
Los científicos recopilaron mapas en los que se indica dónde y cuándo ocurrieron las lluvias basándose en los periódicos locales.
Las partículas parecen organismos unicelulares y miden de entre 4 a 10 milésimas de milímetro de espesor, escribieron los investigadores, un poco más grande que una bacteria normal.
“Con un aumento bajo, las partículas parecían cuentas de cristal lisas de color rojo. Con un aumento mayor (1000x) se podían ver las diferencias en tamaño y forma”, escribieron.
”Las formas variaban desde lo esférico hasta lo elipsoidal y ligeramente alargado… estas partículas similares a células poseían una envoltura gruesa y colorada, que podía identificarse perfectamente bajo el microscopio”. Unas pocas tenían rota su envoltura celular, añadieron.
Las partículas parecen carecer de núcleo, el compartimento central que poseen las células vegetales y animales y que contiene el ADN, escribieron los investigadores. Las pruebas químicas indicaron que también carecían de ADN, la molécula encargada del acarreo de los genes que contienen la mayor parte de las células.
No obstante, Louis y Kumar escribieron que al ser observadas bajo aumento las partículas mostraban “membranas de estructuras finas”, al igual que las células normales.
La corteza exterior parece contener una “cápsula interior”, añadieron, que en algunos lugares “parece haberse separado de la corteza exterior para formar una región vacía en el interior de la célula. Más aún, parece existir una capa ligeramente visible de mucus presente en la parte exterior de la célula”.
”Un rasgo característico es la depresión hacia dentro de la superficie esférica y que formaba estructuras con forma de taza, lo cual les daba la apariencia de estrujadas”, este rasgo variaba en cada partícula, añadieron.
“Los componentes principales de las partículas rojas son carbono y oxígeno”, escribieron. El carbono es el componente clave para la vida en la Tierra. “Entre los componentes menores de las partículas sobresale el silicio”, añadieron Louis y Kumar; se encontraron otros elementos como el hierro, el sodio, el aluminio y el cloro.
“La lluvia roja se inició en Kerala durante un período normal de lluvia, lo cual indica que las partículas rojas no pueden ser algo que se acumulase en la atmósfera durante un período de sequía y que fuese lavado por la primera lluvia”, escribió la pareja.
“Los vasos situados en espacios abiertos también recolectaron agua roja. Por ello, no se trata de algo que haya podido caer de los tejados o de las copas de los árboles. Considerando la gran cantidad de partículas rojas que cayeron y lo amplio del área geográfica en el que sucedió el fenómeno, es imposible imaginar que se trate de polen o esporas de hongo originadas en los árboles”, añadieron.
“La naturaleza de las partículas rojas descarta la posibilidad de que se trate de partículas de polvo provenientes de desiertos distantes”, escribieron, y prueban que estas “no se encuentran en Kerala ni en lugares cercanos”.
Una suposición fácil es que “fueron elevadas por el aire en un lugar lejano de la Tierra a causa de algún sistema ventoso”, añadieron, pero esta posibilidad abre muchos interrogantes.
“Una característica de todo caso de lluvia roja es su aparición altamente localizada. Si las partículas se originan en un desierto distante entonces ¿por qué no había ninguna mezcla o dilución en la colección de las partículas durante el transporte?” escribieron.
“Asumiendo un origen meteórico de las partículas rojas es posible explicar el fenómeno”. La lluvia roja comenzó en Kerala después de que se diera un suceso de explosión de meteorito en el aire, lo cual ocurrió el 25 de julio del 2001 cerca de Changanacherry en el distrito de Kottayam. Esta explosión aérea de un meteorito fue evidenciada por muchas personas que escucharon un ruido estruendoso durante las primeras horas de aquel día.
“El primer caso de lluvia roja se dio en este área unas pocas horas después de la explosión aérea.. esto tiende un lazo posible entre el meteorito y la lluvia roja. Si las nubes de partículas se crearon en la atmósfera por la fragmentación y desintegración de una especie frágil y especial de meteorito cometario, que presumiblemente contuviese una densa colección de partículas rojas, entonces semejantes partículas podrían haberse mezclado con las nubes de lluvia y haber causado las precipitaciones rojas” escribieron.
La pareja propuso que durante el acercamiento a la Tierra en un ángulo bajo, el meteorito habría viajado sobre Kerala hacia el sudeste, y habría explosionado sobre el distrito de Kottayam. “Durante su viaje por la atmósfera podría haber liberado varios fragmentos pequeños, lo cual causó la deposición de grupúsculos de células en la atmósfera”.
Vivas o muertas, las partículas poseen una energía duradera, si el documento es correcto. “Aún después de almacenarlas en el agua de lluvia original, a temperatura ambiente y sin ningún conservante durante aproximadamente cuatro años, no hemos encontrado que las partículas hayan sufrido descomposición o decoloración”.
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