Por: Hansel Vargas Aguilar
Cuando el físico Albert Einsten publicó su teoría de la relatividad, de la cual derivaron los “agujeros de gusano” (atajos para viajar por el universo a mayor velocidad que la luz), los seguidores del fenómeno ovni se entusiasmaron. Tenían otro elemento más para probar la factibilidad de que viajeros siderales están en la Tierra.Sin embargo, los escépticos se apresuraron a preguntar con sorna: ¿Vienen de turistas? ¿Están de paso? ¿Son exiliados? ¿Llegan para conquistarnos? Y queriendo romper la fe de aquéllos rematan: ¿Por qué todos los platillos voladores y los extraterrestres vistos hasta ahora son tan distintos? ¿Es que provienen de varias civilizaciones o de galaxias diferentes? ¡Caramba, hay más vida ahí que en el océano! Desde hace siglos el tema de la existencia de vida fuera del sistema solar genera entusiasmo y pasiones. Los científicos se conformarían con hallar rastros de moléculas de agua y brincarían de gusto si detectan organismos miscroscópicos en algún punto del infinito universo.
En cambio, los creyentes de los ovnis sostienen que esas formas de vida son más avanzadas que en este planeta. Los viajeros cósmicos tienen apariencia humanoide, su tecnología supera la nuestra en una proporción de años-luz, sus vehículos evaden radares, no hacen ruido y se mueven usando las fuerzas gravitacionales de estrellas y planetas. “Ya están aquí”, aseguran.
A cada argumento que presenta un bando se antepone un razonamiento de la parte contraria.
Y en medio de ese debate, como basura galáctica, aumentan las leyendas y el fraude. En esta capital la discusión en torno al tema se encendió a raíz de la presunta aparición en el fraccionamiento Del Parque de un ser llegado de otros sistemas estelares, que, tímido, curioso o intrépido, tocó a un joven.
El hecho, ocurrido en marzo pero dado a conocer en diciembre de 2005, cobró relevancia nacional cuando Jaime Maussán difundió en televisión un vídeo de lo ocurrido. La grabación fue realizada con un teléfono celular por un amigo del joven involucrado.
Los detractores de Maussán, entre ellos Carlos Trejo, presentaron elementos que, dicen, prueban que eso es uno de tantos fraudes más. El aludido anunció que el 31 de este mes retornará a la televisión para presentar nuevos sustentos de su teoría.
La discusión, a favor y en contra del tema, se extendió como rayo láser en el Estado. Lectores del Diario nos escriben afirmando que hay grandes probabilidades de que existan civilizaciones avanzadas en ésta u otras galaxias, pero dudan que nos visiten.
Y otros del mismo lado sostienen, incluso, que ambas cosas son posibles y suceden desde siglos atrás, como testimonian los enigmas de civilizaciones desaparecidas, como la egipcia y la maya.
Es absurdo, agregan, creer que el ser humano es una especie única en el Universo, donde hay millones de soles y sistemas planetarios similares al nuestro.
Los de la postura contraria responden: los ovnis no existen, no hay viajeros cósmicos caminando por nuestras calles, campos y pueblos. Los avistamientos son fenómenos naturales, meteorológicos, atmosféricos, ópticos y cósmicos, nada relacionado con criaturas intergaláticas.
Ante el interés generado, el Diario ofrece esta semana nuevos espacios para escuchar esas opiniones mediante el foro “Alienígenas, ¿realidad o ficción?, que se publicará esta semana.
Tripulando la razón, los puntos de vista viajarán de un lado a otro para aterrizar conclusiones que quizá acerquen más a los simpatizantes del tema a una la solución de un enigma que no sabemos cuándo se resolverá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario