8 de febrero de 2007

Capitán reveló experiencias con ovnis

El Mercurio
Por: Leonardo Núñez

Organizadores de encuentro pidieron que el Gobierno apoye apertura de archivos sobre el tema.

Con un Teatro Municipal de Viña del Mar repleto, el capitán del Ejército Rodrigo Bravo expuso anoche los resultados de su tesis "Observaciones de fenómenos aéreos no identificados por parte de la aviación militar civil", donde hizo un catastro de las experiencias de miembros de las Fuerzas Armadas con este tipo de situaciones.

La multitudinaria asistencia y expectación de la prensa se debió a que Bravo hablaba con el permiso de la Comandancia en Jefe, que también accedió a que se mostraran en la reunión fotos y videos de militares que daban cuenta de estos encuentros.

Algunos casos

Bravo dijo que su interés por los "fenómenos aéreos anómalos" (denominados como FANI y más conocidos como ovnis) se inició el 27 de marzo de 2000, cuando los pilotos de un avión Citation II, de la Brigada de Aviación del Ejército, reportaron haber presenciado un objeto volador que no pudieron identificar.

"A mí se me encargó investigar el hecho, lo que fue el origen de mi tesis para obtener mi licencia de piloto", explicó.

En el camino se dio cuenta que, a pesar de ser varios los incidentes experimentados por militares en las últimas décadas, no había información suficiente para sacar conclusiones del fenómeno ni para evitar riesgos en caso de que aviones civiles o militares, hipotéticamente, llegaran a chocar con estos objetos, que incluso habían sido detectados por radares.


El fenómeno, agregó el militar, aumentó desde 1997. Ese año se registró uno de los cuatro casos más importantes de su investigación.

El 2 de abril, en el aeropuerto de Chacalluta, Arica, el piloto de un avión Casa T 212 presenció en el aire por 9 minutos un objeto alargado de color anaranjado. Como no se investigó en profundidad lo ocurrido, no se sabe el nombre del militar que reportó el caso.

Otro incidente sorprendente se produjo en La Unión, X Región, en 2000.

"Mientras se desplazaban tres helicópteros militares, a plena luz del día, sus tripulantes pudieron observar un objeto posado en el suelo, el cual se elevó repentinamente a la altura de las naves, hasta ponerse enfrente de ellos, casi en una posición de colisión", dijo el militar activo.

Tras hacer movimientos zigzagueantes, el objeto desapareció a gran velocidad.

En Graneros, cerca de la Angostura de Paine, en marzo del 2000, los tripulantes de un avión militar dijeron ver un objeto alargado de color plomizo que desapareció luego de volar a su lado. "Todos estos casos están certificados por el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA), de la Dirección de la Aeronáutica Civil, el más idóneo del país para este tipo de investigaciones", puntualizó Bravo.

Tras la jornada ufológica que organizó la Agrupación de Investigaciones Ovniológicas de Chile (Aion), su director, Rodrigo Fuenzalida, dijo que contar con la colaboración de Bravo, que es apoyado en cierta medida por el Ejército, es un ejemplo de madurez de la institución.


Destacó que en vez de cerrarse a este fenómeno de alto interés público, la institución "abre sus archivos para que sean sometidos a un estudio crítico y objetivo".

El dirigente agregó que éste es un gran espaldarazo y que, como segunda conclusión, se podría decir que "ahora falta que el Gobierno también asuma una actitud como la del Ejército, y apoye la apertura de este tipo de archivos, como ha ocurrido en países como Brasil".

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