24 de octubre de 2006

Establecen un límite a la detección de vida extraterrestre


En un artículo recientemente publicado en Nature (Colin Goldblatt, vol 443, p 683) se ponen límites a nuestra capacidad de saber si sobre los planetas extrasolares de tipo terrestre que algún día descubramos hay o no vida.

El hallazgo de vida fuera de nuestro planeta sería de tal calibre que, aunque ésta fuese primitiva, sería simplemente histórico. Un giro copernicano equivalente al heliocentrismo o el descubrimiento de la evolución. Hay que estar muy seguros del hecho, y hay que planear bien cómo hacerlo. Si alguna vez podemos observar planetas de tipo terrestre alrededor de otras estrellas deberemos de buscar buenos bioindicadores que nos digan que efectivamente hay vida allí.

Las cianobacterias produjeron el oxígeno en la Tierra primitiva. Foto: Andrew H. Knoll

Se ha especulado con la posibilidad de encontrar líneas espectrales de oxigeno libre en los espectros obtenidos a partir de la luz proveniente de ese tipo de mundos. Como el oxígeno es producido en la fotosíntesis y es inestable químicamente (por lo que si existe se repone continuamente) su hallazgo en forma de gas abundante sería un indicador de signos de vida. Sin embargo, la Tierra fue pobre en oxígeno hasta hace que hace 2.700 millones de años se produjo un aumento brusco del mismo, por lo que puede ocurrir lo mismo en otro tipo de mundos. Por ejemplo, la cantidad de hierro presente en la corteza y susceptible de oxidarse pone límites a la cantidad de oxígeno libre.

En el modelo de Colin Goldblatt (University of East Anglia en Norwich, RU) se muestra que el salto en la cantidad de oxígeno, susceptible de ser observado en estas líneas espectrales, se produce justo después de que el oxígeno haya alcanzado un nivel crítico. Éste se da cuando se permite la formación de una capa de ozono atmosférica que detiene la radiación ultravioleta del sol, parando así la destrucción de oxígeno.

Según los cálculos, un planeta podría estar en una situación de niveles bajos de oxígeno durante 1000 millones de años sin alcanzar el punto crítico, incluso cuando haya vida y fotosíntesis.

Otras formas de vida que no emitan este tipo de gases, y de las que tenemos ejemplos en la Tierra, tampoco se manifestarían de este modo. Puede que después de todo no sea tan fácil encontrar vida allá arriba, si es que existe.

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