Aportado y traducido por Eduardo J. Carletti
Fuente: CNN Science & Space
Aunque suene extraño, los frascos de muestra con agua de lluvia rojiza y opaca que están en el laboratorio de Godfrey Louis, al sur de la India, pueden contener... bien... vida alienígena
En abril, Louis, un físico de la universidad Mahatma Gandhi publicó un artículo en la prestigiosa revista Astrophysics and Space Science en la que presenta la hipótesis de que estas muestras —agua colectada de una misteriosa lluvia de coloración rojiza que cayó en el estado indio en el que reside Louis, Kerala, en el verano de 2001— contienen microbios del espacio exterior.
Específicamente, Louis ha aislado extrañas estructuras similares a células, de color rojo, delgadas paredes y de un tamaño de unos 10 micrones. Más raro aún, docenas de experimentos indican que las partículas podrían carecer de ADN, pero se siguen reproduciendo plenamente, incluso en agua supercalentada a altas temperaturas.
¿Cómo explicamos esto? Louis especula que estas partículas podrían ser bacterias extraterrestres adaptadas a las extremas condiciones del espacio y que los microbios viajaron de polizones en un cometa o meteorito que se desmenuzó en la atmósfera superior y entonces se mezclaron con las nubes pluviales sobre la India.
Si su teoría es correcta, las células serían la primera evidencia confirmada de vida alienígena y, siendo así, puede ofrecer nuevas e impresionantes pistas sobre los orígenes de la vida en la Tierra.
El invierno pasado, Louis envió algunas de sus muestras al astrónomo Chandra Wickramasinghe y sus colegas en la universidad Cardiff University en Gales, quienes están tratando de reproducir los experimentos; Wickramasinghe estima que publicará sus hallazgos para finales de este año.
Mientras tanto, abundan otras teorías más terrestres. Una investigación gubernamental india que se hizo en el 2001 atribuye la "lluvias de sangre" ("Blood rains", como fueron llamadas en inglés) a unas algas.
Otras teorías implican esporas de hongos, polvo rojo levantado de la península arábica, incluso una fina niebla de células sanguíneas producidas por un meteorito que golpeó una multitud de murciélagos que volaban a gran altura.
Louis y sus colegas descartan todas estas teorías, señalando el hecho de que las algas y los hongos poseen ADN y que las células de la sangre tienen paredes finas y mueren rápidamente cuando se las expone al agua y al aire.
Más importante, argumentan, las células sanguíneas no se reproducen. "Hemos obtenido ya algunas impresionantes imágenes —micrografías electrónicas— de estas células divididas por la mitad", dice Wickramasinghe. "Las vemos florecer, con pequeñas células hijas dentro de las células grandes".
La teoría de Louis tiene un atractivo especial para Wickramasinghe. Hace un cuarto de siglo fue co-autor de la teoría moderna de la panspermia, que postula que la vida en la Tierra fue sembrada en la forma de bacterias llegadas del espacio en meteoritos.
"Si es cierto que la vida fue introducida por los cometas hace cuatro mil millones años", dice el astrónomo, "se puede esperar que los microorganismos sigan siendo introducidos en nuestro ambiente de vez en cuando. Éste podía ser uno de esos acontecimientos".
El próximo paso significativo, explica el microbiólogo Milton Wainwright de la universidad de Sheffield, que es parte de otro equipo británico que estudia las muestras de Louis en este momento, es confirmar si las células verdaderamente carecen de ADN. Hasta el momento, sólo una prueba preliminar de ADN ha dado positivo.
"La vida que conocemos debe contener la ADN, o no es vida", dice. "Pero aunque este organismo demuestre ser una anomalía, la ausencia de ADN no necesariamente significaría que es extraterrestre".
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