Por: Leticia Álvarez
El propietario de la casa, que está en venta, sostiene que los sonidos paranormales grabados son falsos «Es una propiedad privada, no sé como han podido entrar», denuncia
«Ni psicofonías ni nada, los únicos ruidos que se escuchan en esa casa son los de la térmica y los de El Musel». El propietario de la casa cuartel de Aboño desmiente así la existencia de fenónemos extraños en el interior del viejo edificio, tal y como se aseguraba en 'Cuarto Milenio' el programa de Iker Jiménez. En ese programa de Cuatro se emitieron imágenes del interior de la que fue una residencia de guardias civiles. En algunas de las habitaciones, aseguraba el presentador, se grabaron sonidos estremecedores, gritos y hasta voces que parecían pronunciar palabras como 'muerte'.
MISTERIO. Los curiosos siguen acercándose a la casa para comprobar si hay ruidos. / BILBAO
El dueño Casimiro Vega Álvarez, un conocido constructor gijonés, conoció la noticia por EL COMERCIO y quedó perplejo. «Se trata de una propiedad privada, así que no comprendo cómo han podido entrar. En este país se considera que cualquier finca que no tiene sebe está abandonada».
Asegura que compró el cuartel hace casi dos años para rehabilitarlo y construir viviendas. También barajó la idea de convertirlo en un restaurante. Ahora señala que «estas cosas que se dicen no tienen ni pies ni cabeza y además me perjudican».
En el reportaje televisivo se narraban distintas situaciones vividas en la casa por el Grupo de Amigos de Investigación Paranormal y Ocultista (Gaipo). Su representante David González explicó a este periódico que efectivamente pudieron grabar sonidos «difíciles de explicar producidos por la fuerte acumulación de energía en el edificio y no por espíritus».
Una de las cuestiones que más llamó la atención de los investigadores fue la existencia de una habitación con una pared llena de clavos. Según interpretó uno de los especialistas colaboradores del programa 'Cuarto milenio' podría tratarse de algún rito satánico, aunque el dueño de la casa cuartel asegura que sólo fue una gamberrada de unos okupas. «Después de que se fueran los guardias la casa estuvo ocupada por indigentes y dentro había una pistola de carpintero que emplearon para acribillar la pared a clavos. ¿Qué tontería es esa del satanismo?», se pregunta.
El constructor advierte de que las obras en el solar comenzarán pronto, así que espera que no continúe la incursión de curiosos en el edificio.
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