25 de enero de 2007

Productora de EEUU reconstruirá leyendas argentinas en La Plata

Aportado por Eduardo J. Carletti
Axxón
Fuente: Diario Hoy

La idea es documentar varias creencias populares. Podrían llegar a La Plata detrás del mito del Hombre Lobo, pero antes estarían en Bariloche para recoger información sobre la criatura acuática del lago Nahuel Huapi.

En el Norte seguirían los rastros del Pombero y también del temido y devastador Chupacabras. Las imágenes serán presentadas en el programa Bichos raros, que se emite en Estados Unidos. Cómo son y cuándo nacieron las historias más conocidas de nuestro país. Además, cuál es el rol de los mitos y las leyendas dentro de la comunidad.

La productora de Estados Unidos intentará reconstruir tres de las leyendas más conocidas en Argentina. Se trata de la de Nahuelito —el monstruo que, según la historia, habita en el lago Nahuel Huapi—, la del temible y enigmático Chupacabra, la del séptimo hijo varón, más conocido como el lobizón, y el Pombero del Norte, un duende feo, petiso y fornido que posee a las mujeres que duermen fuera de su casa en verano.

El desembarco de la productora norteamericana Mandt Brothers Productions, encabezada por Naomí Grossman, se producirá en Bariloche, donde ya hicieron contacto con varios medios locales para reproducir la historia de Nahuelito. Luego, camino al norte del país, podría llegar hasta La Plata para recolectar testimonios acerca de la historia del lobizón.

La iniciativa de la productora, según se informó, es realizar varias filmaciones en nuestro país, que serán emitidas a mitad de año en Estados Unidos, en un programa de ciencia ficción que se denomina Bichos raros.

El proceso de reconstrucción de leyendas argentinas se encuentra, en la actualidad, en su etapa inicial: se busca gente para entrevistar, tanto expertos como testigos, que supuestamente hayan visto o experimentado "algún contacto" con el Nahue- lito, el lobizón, el Pombero o el Chupacabras.

En el caso de Nahuelito, la llegada de una empresa extranjera para reproducir la leyenda no es extraña. El año pasado desembarcó una productora de Japón para recolectar testimonios e imágenes de personas que aseguraban "haber visto" a la criatura acuática que, según la creencia popular, habita debajo de las frías y profundas aguas del lago Nahuel Huapi.


Bajo el arroyo Del Gato

El Hombre Lobo es una criatura legendaria presente en muchas culturas independientes a lo largo de todo el mundo. Se cree que éste es el más universal de todos los mitos (probablemente, junto con el vampiro).

En el folclore y la mitología, un hombre lobo es una persona que se transforma en lobo, ya sea a propósito, utilizando magia o involuntariamente, a causa de una maldición o de otro agente exterior. El cronista medieval Gervase de Tilbury asoció la transformación con la aparición de la luna llena, pero este concepto fue raramente asociado con el hombre lobo hasta que la idea fue tomada por los escritores de ficción moderna.

La mayoría de las referencias modernas acuerda en que un hombre lobo puede ser asesinado si se le dispara una bala de plata, aunque esto es producto de la narrativa moderna y no aparece en las leyendas tradicionales.

Nadie sabe con exactitud cuándo se originaron las leyendas sobre hombres lobo.
Esta creencia estuvo tan extendida en Argentina que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados. Una ley de 1920 decretaba que el presidente de Argentina es el padrino de cada uno de los séptimos hijos. Así, el Estado les otorga una medalla de oro en su bautismo y una beca escolar hasta la edad de 21 años. Esto logró finalizar con los abandonos de niños, pero aún es tradicional que el Presidente sea el padrino de los séptimos hijos.


En aguas frías

Nahuelito es una supuesta criatura acuática desconocida que, según la creencia popular, vive en el lago Nahuel Huapi, en Argentina.

El origen de la leyenda actual se cree que se remonta a relatos indígenas previos a la conquista. Los primeros exploradores obtuvieron de los indios del lugar leyendas acerca de encuentros ocasionales con monstruos acuáticos.

El primer posible avistamiento re-gistrado data de 1910, aunque George Garret, su protagonista, lo hizo público mucho tiempo después. Según su relato al diario Toronto Globe en 1922, Garret estaba a punto de desembarcar en el lago cuando avistó —a unos 400 metros de distancia— una criatura cuya parte visible medía entre 5 y 7 metros de largo y sobresalía unos dos metros por encima del agua.

Al comentar su experiencia con gente del lugar, Garret se entera de historias similares relatadas por los indígenas. Entusiasmado, realizó varias expediciones, de las cuales sólo pudo dejar registros fotográficos de dudosa autenticidad.

A partir de 1897, Clemente Onelli, director del zoológico de Buenos Aires, comienza a recibir informes esporádicos acerca de una posible extraña criatura que habita en los lagos patagónicos. Por eso, decide liderar una investigación, aunque sin resultados positivos.

En 1960, se dice que la Armada Argentina persiguió en el lago a un objeto submarino no identificado durante 18 días, sin conseguir identificarlo, lo cual fue relacionado por algunas personas con esta supuesta criatura.

El crecimiento como destino turístico de Bariloche, situada a orillas del Nahuel Huapi, aumentó los supuestos avistamientos ocasionales, al igual que lo que sucede en el lago Ness, pero nunca se obtuvo un registro gráfico concluyente.


Terror ganadero

El término Chupacabras es el nombre de un ser mitológico contemporáneo que ataca a animales de diferentes especies en zonas ganaderas, agrícolas o rurales, se dice que existe en México, en la isla de Puerto Rico y en algunas zonas del sur de Estados Unidos y de América del Sur. También en Argentina.

Fue avistado por primera vez en la década de los 60 en los Andes bolivianos, y llegó a alcanzar popularidad en la década de los 90, se llegó a utilizar su imagen para el diseño de camisetas, llaveros y diversos artículos turísticos.

Sus orígenes y descripciones físicas son diversos y se contradicen de acuerdo al lugar donde se presume que fue avistado. La descripción popular es que sería una criatura pequeña (de 1 metro de altura o menor tamaño), que presentaría piel verdusca y escamosa, ojos grandes y saltones, y cabeza ovalada. Esta vaga descripción coincide con otro ser de la mitología contemporánea, los pequeños seres alienígenas grises. También se le atribuye un rostro canino.

Además, presentaría una estructura corporal humanoide un tanto encorvada, con una hilera de espinas dorsales. Poseería afilados colmillos y se dice que también tendría una especie de filamento bucal que succiona la sangre de sus víctimas (y en ocasiones sus órganos).

Los animales muertos, presuntamente por el ataque del Chupacabra, no presentan sangre en sus cuerpos y tendrían como heridas un solo agujero; a diferencia de otros depredadores que, en su mayoría, destrozan el cadáver.


Enano y velludo

El Pombero (o Pomberito) es un personaje multifacético de la mitología guaraní. Se lo conoce también con los nombres de Py-ragüe (pies con plumas), Karai-pyhare (señor de la noche) y Kuarahy-Yara (dueño del sol, tal como se lo conoce en el mito mbyá del sur de Brasil).

Se lo describe como un duende más bien bajo, fornido, moreno y retacón, con manos y pies velludos, y cuyas pisadas no se escuchan. Algunas creencias populares sostienen que sus pies están dados vuelta, de manera que confunde a aquellos que quieren seguirlo.

Inicialmente era considerado un genio protector de las aves de la selva. Sin embargo, a medida que el mito fue evolucionando adquirió nuevas habilidades: poder mimetizarse con facilidad, imitar el canto de cualquier ave (en especial, el de las nocturnas), hacerse invisible y hasta deslizarse por cualquier ranura u orificio.

Se trata de un personaje travieso que desordena la casa, extravía los objetos, rompe o descompone los aparatos, dispersa a los animales, roba tabaco, miel, huevos o gallinas, desparrama el maíz, espanta a las aves de corral y abre las tranqueras, dejando escapar al ganado, tira al jinete de su montura y asusta a la cabalgadura.

Es muy sensual, ya que en sus andanzas nocturnas gusta de despertar a las mujeres con el suave y escalofriante roce de sus manos. A veces, las secuestra y las posee, y después de saciarse, las deja ir, generalmente embarazadas, en cuyo caso el hijo nacerá muy parecido a él.


Una reproducción ideológica

Los mitos o símbolos tienen un fuerte contenido de contención social. En general, toda la simbología apunta a cierta reproducción ideológica, habla de elementos que esa sociedad, ese grupo humano, quiere transmitir fuertemente. Esto lo hace a través de deidades, demonios, mitos, leyendas, duendes, que en cierta forma marcan lineamientos morales muy fuertes y que nos dicen que este grupo —esta sociedad, esta cultura— opina "esto" sobre determinado tema.

"Los mitos —en Latinoamérica— están influenciados por una fuerte moral cristiana o católica. Estos seres castigan a quienes rompen los mandatos de no jugar, no emborracharse, etc. La sociedad hace más vívidos o concretos estos mandatos morales y los recicla a través de mitos y leyendas", explicó Szacha Kun-Sabó, antropólogo y arqueólogo argentino, también licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades. Y agregó: "La necesidad de creencia del ser humano va siempre más allá (...) La gente tiene una necesidad de explayarse en cuanto a su religiosidad, sus mitos y a cómo se transmite este tipo de cosas, de una manera muy fuerte."

Para el investigador argentino, "los relatos se van construyendo permanentemente. Vivimos en una sociedad que no es una estructura sólida, como si fuera una foto en el universo. Las sociedades son dinámicas, y sus símbolos son movedizos, por llamarlo de alguna manera. Es decir, se van reciclando, permanentemente se adaptan a la realidad concreta, creando nuevas entidades y formas de comunicar su mensaje.

"Por ejemplo, está el caso de El Chupacabras. En un ámbito rural podría haber sido un animal o una entidad diabólica. Ahora existe la versión remozada según la cual se trata de una entidad extraterrestre. Tal vez, la historia va cambiando, pero el mensaje sigue siendo el mismo. No importa lo que el Chupacabras es en sí, sino el lugar que tiene el relato dentro de la reproducción ideológica de una sociedad", explicó el licenciado.

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